09 octubre 2005

Crónica IV C.P. “El Naranjo” Alcalá de Guadaira (Sevilla)

A las 9:00 en punto me recoge en casa Mel. Feria, antiguo atleta de carreras de orientación, y nos dirigimos a Alcalá. Cae una ligera llovizna pero no parece que vaya a apretar. La salida y la meta se sitúan en la barriada de La Nocla, muy cerquita del puente romano de la ciudad.

Dejamos los coches un poco retirados del lugar de concentración y nos vamos a recoger los dorsales, y aunque hay cierto descontrol, desde la organización nos calman diciéndonos que hasta que no se entregue el último, no se dará el pistoletazo de salida.

En esa vorágine, saludo a los incondicionales amigos del club Anres, a mi buen amigo Abencio Cañas de los Imperdibles Populares, otros conocidos, en la pasada Jabugo-Aracena, del club Monroy, y a otros tantos habituales en las carreras populares.

Pasadas las 10:00h se da el inicio de la carrera y allá que salimos a un ritmo vivo, aprovechando que es cuesta abajo, pasando el primer km en 4:44, cruzando el puente romano, para iniciar el ascenso hacia lo pinares de Oromana, por un camino de albero (tierra que ha enriquecido esta ciudad desde tiempos inmemorables), concretamente el de la Cuesta (su nombre lo dice tó), rodeados de un paraje natural de enorme belleza.

Seguimos por caminos de tierra. Esperamos el primer avituallamiento, pero este solo nos puede aportar naranjas, el agua se ha acabado. Pero bueno, a eso ya estamos acostumbrados, desgraciadamente.

En el km 5 cambiamos el sentido ascendente por el descendente y regresamos hacia Alcalá por el camino de los Palacios a los Molinos, para dejar de momento el camino de tierra por el asfalto. La lluvia no cesa pero no incomoda aun. Mas molesta el cambio de firme, pero de momento las piernas aguantan. El km 6 lo pasamos a 4:08, se nota la bajada.

En el km 7, justo después de dejar la avda. de Portugal, nos adentramos de nuevo por caminos de albero en el idílico Parque de Oromana, pasando junto al río Guadaira, lugar de enorme belleza. Nos indican que mas adelante tenemos un puesto de avituallamiento, y de nuevo vemos que no queda agua, solo naranjas, que generosamente me acerca mi compañero.

Unos metros mas adelante, y después de una cuestecita curiosa, me tengo que parar, se me han desatado los cordones de las zapatillas, pero en unos segundos alcanzo a mi compañero de carrera, que ha disminuido su ritmo para esperarme.

Salimos de nuevo a la avda. de Portugal, ya en asfalto, y donde reservamos un poco las fuerzas para aguantar las últimas subidas. Comprobamos que si aguantamos podemos pasar el 10mil en menos de 50min y así conseguir bajar de los 5min/km. El km 9 lo hacemos en 5:06, y solo nos quedan 5:30 para cumplir el objetivo.

Ya en los últimos metros del km10, veo que Mel. Feria anda fuerte y le animo a tirar, este, como poseído por un demonio sale disparado. Yo sigo pensando que puedo bajar de los 5min/km, y justo cuando estoy sumido en mis pensamientos, doblo en la calle Lavanda y el km 10 lo paso en 49:30, objetivo cumplido, pero la carrera aún no ha terminado, quedan escasos 150 metros.

Al doblar la calle, unos voluntarios animan con sus palmas a ritmo de rumba, le agradezco su apoyo blandiendo también las palmas y con esa satisfacción de haber cumplido el objetivo previsto, cruzo el arco de meta en 50min10seg, 5 corredores por detrás de Mel. Feria, que me está esperando dando botes, se le nota satisfecho.

Y en la zona de llegada y en menos tiempo que tardan en darnos el papelito del tiempo y puestos según categorías, nos endosan con una bolsa del corredor, que contiene, además de la típica camiseta, un par de plátanos, una ciruela y una botella de agua (¡aquí estaban!), ¡un saquito de papas, otro de cebollas y un paquete de pimientos!, jaja, lo nunca visto, jaja. Además de un vale para dos cervezas fresquitas y un plato de exquisitos garbanzos, que a estas horas me esta dando guerra por el tubo de escape, jeje (ustedes me entienden ¿no?, jaja)

Empieza a apretar, por megafonía señalan que las carreras de las distintas categorías inferiores se suspenden por culpa de la lluvia (ojalá sea por este motivo, que tanta falta hace al campo andaluz), pero que se pueden pasar a recoger la bolsa del corredor, bonito detalle.

Y al final, no se como se las arreglan en las carreras en Alcalá, que con la cerveza en una mano, el plato de garbanzos en la otra, e incluso calados por la lluvia, nadie se acordaba de la falta de agua en los avituallamientos. En mi modesta opinión, creo que cuando las cosas se hacen con cariño y entusiasmo, cualquier falta es digna de perdonar.

Por cierto, había unas huchas destinadas a recaudar fondos para la AECC. Buena iniciativa :-)

Salud. PLUM

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